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Bienvenidx
El Barrio de Ruzafa
Bienvenidxs a Ruzafa, uno de los barrios con más coloridos de la ciudad de Valencia
¿Sabías que…
- El barrio de Ruzada tuvo su propio ayuntamiento durante más de 41 años?
- nuestro ilustra conquistador Jaime I firmó aquí la capitulación del último rey musulmán que reinó en nuestra ciudad?
- había una Ruzafa acomodada y otra huertana dividida por una puerta?
Seguramente eres vecino del barrio de Ruzafa y no conocías su historia. Actualmente es un barrio “cool”, un barrio de moda. Pero ¿cómo hemos evolucionado hasta aquí?
La historia de Ruzafa (o Russafa en valenciano)
Un barrio ligado a la multiculturalidad de
mucho tiempo atrás y a la actual
Esta ciudad, como muchas otras de la Península Ibérica, fue habitada por íberos, romanos, musulmanes y cristianos. Todos han dejado huella en nuestra ciudad marcada sin duda por la luz del Mediterráneo.
Durante muchos siglos se produjo un auténtico y continuo mestizaje entre culturas, pero no cabe duda de que la manera de vivir de los musulmanes fue la que más contribuyó a que nuestra cultura y nuestra forma de vivir hoy en día sea tal y como es en el Barrio de Ruzafa.
El origen de Ruzafa
En la Balansiya de los musulmanes
En esa época, la mayoría de la población se dedicaba a la agricultura, la principal fuente de riqueza de la época. Pero también había otros trabajos muy extendidos como los dedicados al comercio, los artesanales como la cerámica, alfarería, la producción de tejidos como la seda y otros oficios como los curtidores.
Fue precisamente la Valencia musulmana la que dio origen a la villa de Russafa. La historia cuenta que el príncipe omeya Abd Allah al-Balansi (hijo de Abderramán I, el príncipe omeya que fundó el emirato de Córdoba) construyó una residencia rural con jardines, imitando lo que había hecho su padre con su casa de campo cordobesa.
Contaba con un espacioso huerto, con árboles frutales y ricas tierras de regadío. Se piensa por tanto que el topónimo Ruzafa es una castellanización del término valenciano ‘Russafa’, derivación del original árabe ‘Al-Russafí’, cuyo significado era el de “jardín”.
Además, la tradición cuenta que el emplazamiento de aquella finca de recreo árabe sería el mismo lugar donde Jaime I habría levantado siglos más tarde su puesto de mando durante la conquista definitiva de Valencia en 1238.
En ese lugar, en la actualidad, se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, entre las calles Músico Padilla, General Prim y parte de la calle Pintor Salvador Abril. En su fachada se puede contemplar una placa conmemorativa contemporánea que recuerda la rendición musulmana.
Ruzafa tras la reconquista cristiana
Tiempo de cambios en el lugar
Tras la Reconquista cristina, los jardines fueron transformados en tierras de labor, y las edificaciones musulmanas transformadas en alquerías. La primitiva mezquita musulmana fue sustituida por una parroquia cristiana, que con el paso de los siglos acabaría siendo la actual Iglesia de San Valero, levantada en 1676.
En el siglo XIV, la Valencia cristiana construyó una nueva muralla más allá de los límites de la antigua muralla árabe, dejando extramuros a Russafa. Una de las 12 puertas de la ciudad fue el “Portal Xic de Russafa”, en la confluencia de las actuales Calle Colón y Calle Játiva, que acabó delimitando lo que en aquella época se conocía como “la Russafa de dins” y “la Russafa de fora”.
Russafa de Dins y Russafa de Fora
Un barrio dividido por la muralla cristiana
La “Russafa de dins” se correspondía con el actual paseo de Ruzafa partiendo de la entonces Plaza San Francisco, la actual Plaza del Ayuntamiento. Era de ambiente tranquilo y burgués, con colegios y conventos. Un vez cruzado el dintel de la puerta de Ruzafa se llegaba hasta la “Russafa de fora”. Era la Russafa huertana, la de los castizos labradores que llevaban sus productos de sus campos al mercado, a la sombra del campanario de San Valero.
Russafa llegó a ser municipio independiente durante 41 años, entre 1836 y 1877. Gozó de su propia casa consistorial, ubicada en la plaza donde hoy se levantan el Mercado de Ruzafa y la Iglesia de San Valero.
En aquellos tiempos Russafa no sólo era un municipio independiente sino que, además, disponía de playa y estaba directamente vinculado con la Albufera. Las acequias y canales llegaban hasta las casas de lo que es el actual barrio de Valencia.
Les cuatre carreres y otras muchas pedanías y parajes de huerta, desde El Palmar y el Saler hasta Castellar y La Torre y desde Pinedo, la Punta y Nazaret hasta el Camino Real de Madrid, dependieron de Russafa para todo. La acequia de Rovella salía de la muralla y fertilizaba este extenso paraje del sur: más de 10.000 anegadas eran huertas, algo más de mil se dedicaban al arroz y más de dos mil eran de arbolado.
Russafa tuvo matadero propio y un estilo arquitectónico de casas bajas, de función rural y aspecto típicamente huertano, algunas de las cuales subsistieron hasta los años sesenta o setenta, en muy malas condiciones, hasta su total desaparición. Frente a la Iglesia se alzaba el mercado diario, de paradas desmontables.
Más tarde se construyó un mercado estable, de estructura de hierro y techumbre de madera, que finalmente fue sustituido en 1957 por el actual Mercado de Ruzafa.
En 1868 la construcción de la línea de ferrocarril a Barcelona atravesaba sus huertas. En esa época, Ruzafa contaba ya con más de 13.000 vecinos.
La transformación de Ruzafa
1877 y 1884, fechas importantes para Ruzafa
Pero la transformación definitiva del barrio y a la que debe su actual fisionomía responde a dos fechas clave. En 1877 la ciudad de Valencia anexiona el pueblo de Ruzafa, lo que le proporcionó al barrio grandes mejoras relacionadas con su urbanización, su alcantarillado y su red de agua potable. Y en 1884, como consecuencia de un aumento considerable de la población de Valencia (alcanzó los 100.000 habitantes), se aprueba el proyecto del “Ensanche”, que impactaría irremediablemente en el barrio. Mientras la burguesía se establecía en la elegante Gran Vía del Marqués del Turia, a Ruzafa acudieron las clases más populares: oficiales, menestrales de diferentes oficios y obreros industriales se asentaban alrededor de su popular mercado.
Actualmente, el “Ensanche” está compuesto por tres barrios: Ruzafa, El Pla del Remei y Gran Vía.
Con la explosión demográfica del siglo XX y el consecuente desarrollo urbanístico descontrolado, Russafa se convirtió en una barriada urbana como tantas otras de la capital, aunque siempre conservando de algún modo su propia personalidad.
En el periodo 1990-2008, el barrio acogió el auge de la inmigración que emergía en España por aquella época. Latinoamericanos, chinos y magrebís poblaron mayoritariamente el barrio, abriendo sus comercios de importación al por mayor, locutorios y tiendas de alimentación especializadas. La crisis económica de 2008 les obligó a regresar a sus países de origen. Y el barrio, que muchos vecinos reclamaban abandonado durante años, renació de sus cenizas. Se repintaron fachadas, se sanearon algunas de sus calles, se adornaron de plantas, llegaron nuevos negocios y algunos espacios se volvieron peatonales.
La Ruzafa moderna
Y ¡al barrio volvió la vida! Pintores, diseñadores y artistas mudaron allí sus talleres. Su oferta cultural, sus comercios fashion, sus locales de copas, su oferta gastronómica y la amplitud de sus terrazas atrajo a todo tipo de público local y turistas. Sin olvidar el mundo fallero! En el barrio proliferan los casales y las calles se iluminan espectacularmente durante las Fallas, las fiestas mayores de la ciudad.
A pesar de su naturaleza moderna, Russafa es al mismo tiempo un barrio muy tradicional con una numerosa población de personas mayores. La población actual alcanza los cerca de 25.000 habitantes, convirtiéndose en el municipio valenciano con mayor densidad de población. El barrio dispone de buenos servicios de todo tipo pero para los que quieran más, la oferta comercial y de servicios se amplía considerablemente si caminamos no más de 10 minutos, llegando al centro de la ciudad.
Todo un lujo para vecinos y visitantes!. Ruzafa, una de las mejores rutas por Valencia
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